Ultimate Invasion: Hickman resetea el multiverso… otra vez

Tras años de silencio, Marvel revive su extinto y legendario Universo Ultimate con Ultimate Invasion, una miniserie de cuatro números que reúne a dos pesos pesados: el guionista Jonathan Hickman (Secret Wars, House of X) y el dibujante Bryan Hitch, uno de los arquitectos visuales originales del universo en cuestión. Pero más allá del hype y las portadas brillantes, la gran pregunta es: ¿necesitábamos realmente volver?

Un retorno calculado

Desde la primera página, Ultimate Invasion deja claro que no estamos ante un reboot convencional. El villano de turno es The Maker, una versión corrupta de Reed Richards del universo Ultimate original, quien escapa de su prisión interdimensional para construir una nueva realidad a su imagen. Hickman, fiel a su estilo, apuesta por una estructura densa, con diálogos cargados de subtexto, saltos temporales y una exploración casi filosófica del concepto de destino en el multiverso.

Nostalgia sin alma o reinvención ambiciosa

Visualmente, el regreso de Hitch es un guiño directo a los fans de la vieja guardia, pero no escapa al desgaste: las composiciones siguen siendo cinemáticas, pero en ocasiones se sienten rígidas y ancladas en una estética de hace dos décadas. La narrativa, por otro lado, se debate entre la provocación intelectual y la desconexión emocional. Hickman parece más interesado en redefinir las reglas del juego que en construir vínculos con los personajes.

El experimento Hickman

Más que una historia autocontenida, Ultimate Invasion es el prólogo de algo mayor: el relanzamiento del Universo Ultimate bajo nuevos parámetros. Aquí no hay cameos gratuitos ni fanservice vacío, sino una propuesta cerebral que exige paciencia y atención. Para algunos, eso es parte del encanto. Para otros, una barrera innecesaria.

El eje central de la trama gira en torno a The Maker, una versión malvada e hiperracional de Reed Richards proveniente del antiguo Universo Ultimate. Tras escapar de su confinamiento gracias a un plan meticuloso, The Maker decide crear un nuevo universo donde pueda corregir lo que considera fallas fundamentales de la realidad. Para lograrlo, interfiere en eventos clave de la historia de la humanidad antes de la aparición de los superhéroes, manipulando el tiempo y las circunstancias para consolidar su dominio. Su objetivo no es simplemente conquistar, sino rediseñar el tejido mismo del universo, eliminando el caos inherente del libre albedrío. Esta ambición lo pone en rumbo de colisión con el Reed Richards del universo principal y la jerarquía del multiverso.

¿A quién va dirigida?

Los lectores casuales probablemente se sientan perdidos o desinteresados. Los fans acérrimos de Hickman disfrutarán de sus capas de complejidad y worldbuilding. Y los nostálgicos del viejo Ultimate encontrarán ecos conocidos… aunque filtrados por una lente más fría y calculadora.

Veredicto final

Ultimate Invasion no es un simple revival. Es una declaración de intenciones: Marvel quiere que el nuevo Universo Ultimate sea más ambicioso, más adulto y más cerebral. Pero en el proceso, corre el riesgo de alienar a quienes buscan emoción directa y personajes entrañables. Hickman y Hitch entregan una obra meticulosamente construida, pero que, al menos por ahora, parece más una tesis que una historia.